El año nuevo Aymara comienza el 21 de junio, con el solsticio de invierno y con el
inicio de un nuevo ciclo agrícola (nueva época de siembra). Este es el
momento elegido para la celebración del Año Nuevo Andino, los amautas
“Sacerdotes andinos” han encontrado el punto clave para que retorne el
reordenamiento de la tierra.
Esta fiesta está perfectamente
integrada en nuestra cultura, y nada ha podido desenraizarla de nuestros
corazones. Los antiguos indígenas agricultores del altiplano andino, se
regían por la observación de diversos fenómenos astronómicos para
guiarse en los momentos que debían iniciar las diversas faenas agrícolas
y ganaderas, como siembras, cosechas y esquilas a los camélidos
andinos.
Es el momento del comienzo de un año nuevo, con la voz de
nuestros ancestros, en el canto eterno unido al corazón de la Madre
Tierra y a la del Universo “Pachamama y Pachakama”
Con el brillo de
los primeros rayos de Sol y la esperanza de unidad del universo que nos
inspira a unificar nuestros corazones en la alegría de la vida y a
entender el viaje sagrado.
En este nuevo tiempo es importante que
asumamos la responsabilidad generacional de ser seres y puentes que
formen parte activa del reordenamiento de la vida en este proceso de
Pachakuti.
TIWANAKU
Esta fue una antigua ciudad sagrada indígena
de Sudamérica y la más importante. Aunque se conoce poco de su
historia, se cree que fue la cuna de un imperio que se extendió por el
altiplano. Cada 21 de Junio se realizan en el lugar coloridas ceremonias
indígenas que recuerdan un pasado lleno de esplendor.
"Este día los
primeros rayos de Sol penetran por la puerta del templo de Kalasasaya e
iluminan al magnífico Monolito “Ponce". Los andinos de Bolivia, Chile y
Perú, celebran este día el inicio del año nuevo andino, en medio de
ritos y ofrendas al Inti (Sol) y a La Pachamama (Madre Tierra) quienes
invocan también la fertilidad de la tierra con el sacrificio de llamas,
cuya sangre es una ofrenda al Sol y la Tierra y a otras deidades andinas
para asegurar la prosperidad agrícola y pecuaria.
El sentido del
rito es asegurar la reproducción de la vida con las bendiciones del Sol
para la siembra y la cosecha y este rito rememora antiguas prácticas de
las comunidades aymaras.
Colaboração Silvia Lobato
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